Field service management
Salud y asistencia a las personas

Profesiones de la atención domiciliaria – Excelencia operativa al servicio de las personas

En plena expansión, las profesiones de la asistencia sanitaria domiciliaria (ASD) y atención domiciliaria (AD) deben cumplir estrictos requisitos de calidad de prestación, puntualidad y seguridad. El desafío diario de estos profesionales es conciliar estas exigencias operativas con la máxima expectativa de los pacientes domiciliarios: la calidad de la relación humana.

¿Quiénes son los actores clave de la asistencia sanitaria domiciliaria?

Por supuesto, al mencionar la atención domiciliaria, pensamos en primer lugar en los enfermeros y camilleros que se desplazan hasta el domicilio de los pacientes para realizar muestras, inyecciones, cambios de apósitos o para brindar cuidados de higiene que el paciente no puede realizar por sí mismo, ya sea de forma temporal o permanente. Sin embargo, estos profesionales sanitarios, que desempeñan un papel clave, no son los únicos que intervienen a domicilio!

La hospitalización de pacientes en su domicilio, al igual que la atención domiciliaria de personas mayores con pérdida de autonomía sería simplemente imposible sin el personal técnico de entrega, instalación y ajuste de los productos sanitarios que necesitan, desde la cama medicalizadas hasta la grúa de pacientes, pasando por los sistemas de asistencia respiratoria y las máquinas de diálisis. Todo este equipo, ya sea comprado o arrendado, está sujeto a normas estrictas de instalación, uso y mantenimiento cuyo cumplimiento deben asegurar los profesionales sanitarios domiciliarios (PSD).

Por ello, la misión de los PSD no se limita al suministro de equipos y consumibles amparados por la legislación sobre productos sanitarios, sino que abarca, en particular:

  • la verificación de la conformidad de los productos y su configuración con la prescripción médica, a lo largo de su instalación en el domicilio del paciente;
  • la verificación de la compatibilidad entre los diferentes productos prescritos para un mismo paciente;
  • la gestión de la cobertura de la seguridad social y de los seguros complementarios de salud, con todo lo que ello implica en materia de confidencialidad y seguridad de los datos personales y sanitarios;
  • y, un aspecto esencial, la formación de quienes están obligados a utilizar estos productos; es decir, los propios pacientes cuando gozan de la autonomía suficiente para asimilar las instrucciones y realizar las acciones requeridas, sus acompañantes (familiares y cuidadores) y otros profesionales sanitarios.

La asistencia sanitaria domiciliarias —cuyo desarrollo, en principio, responde al envejecimiento de la población y al aumento de las patologías crónicas incapacitantes— se basa en la coordinación de oficios muy diferentes, pero fundamentalmente complementarios, manteniendo objetivos comunes como la seguridad, el bienestar y la serenidad del paciente.

La visita, piedra angular de la relación con el paciente

La visita al domicilio del paciente, ya sea con fines asistenciales, de instalación de un producto sanitario o de su mantenimiento, es un acto donde la dimensión relacional es tan importante a los ojos del paciente y de su entorno familiar como la dimensión técnicas de las tareas realizadas. Sin embargo, para que los profesionales domiciliarios tanto sanitarios como técnicos puedan conciliar ambas dimensiones, es fundamental que cuenten con cierta información decisiva para satisfacer las expectativas de puntualidad, eficiencia y consideración personal del paciente en la primera visita.

Esta información se refiere en particular a:

  • Las condiciones de acceso al domicilio de la persona: muy a menudo la dirección no es suficiente. El profesional será tanto más puntual cuanto sepa dónde aparcar, cuál es el código de acceso y en qué planta se encuentra el alojamiento. Si el paciente está solo y no puede abrir la puerta, el profesional necesita saber dónde está la llave de la puerta de entrada o qué vecino puede facilitársela. En el caso de que se vaya a entregar equipos médicos pesados o voluminosos, es igualmente importante saber si hay o no ascensor o si hay escalones que exijan la presencia de dos profesionales.

>> Todos estos datos deben estar actualizados, por lo que es necesario comprobarlos y, en su caso, actualizarlos antes de la visita, al concertar/confirmar la cita. Deben poder consultarse fácilmente y, para ello, es imprescindible que figuren en la ficha de la cita o en la ficha del cliente para poder acceder a estos desde la aplicación móvil del profesional. Finalmente, debe poder adjuntarse cualquier información adicional recabada sobre el terreno con el fin de que todos los técnicos de la empresa que atiendan al mismo paciente puedan consultarla.

  • La situación personal y el entorno del paciente: a diferencia de los enfermeros, los repartidores y técnicos domiciliarios no necesariamente necesitan conocer la patología del paciente. Sin embargo, sí necesitan saber si la intervención prevista es compatible con su estado de salud. Por ejemplo, la sustitución de un colchón antiescaras clásico por un colchón de aire en una persona mayor que no puede levantarse por sí sola solo puede realizarse en presencia de un familiar o un enfermero autorizado para mover al paciente.

>> Cabe recordar que estas condiciones deben valorarse y actualizarse, en su caso, antes de la visita con el entorno del paciente si queremos evitar visitas innecesarias, que de todos modos habrá que volver a concertar a corto plazo.

Cuando los profesionales de la atención domiciliaria disponen de toda la información necesaria, sus visitas se anuncian adecuadamente, tienen la seguridad de que pueden acceder al domicilio del paciente y realizar sus tareas en condiciones óptimas para ellos y para los pacientes, serán tanto más eficientes y fiables a los ojos de este último. Esta es la base de una relación de confianza, que tranquiliza al paciente y potencia las competencias tanto técnicas como relacionales de los profesionales.

Optimización de las rutas para ofrecer una mejor atención

Si queremos que cada visita a cada paciente se realice en las mejores condiciones posibles, la calidad de la planificación de las rutas es un componente absolutamente clave. El ejercicio es tanto más difícil cuanto que requiere tener en cuenta más criterios que en cualquier otro sector debido a la diversidad de situaciones particulares de los pacientes, las necesidades y limitaciones específicas de cada uno, y la naturaleza extremadamente variable de la frecuencia de las visitas (según las afecciones y su evolución, las categorías de atención, los tipos de equipos, etc.)

Afortunadamente, los gestores cuentan con software de planificación y optimización que les permite:

  • distribuir equitativamente la carga de trabajo entre los profesionales de acuerdo con sus competencias, su sector geográfico y la duración previsible de las diferentes categorías de atención;
  • integrar fácilmente las solicitudes de visita o entrega urgentes, frecuentes en el ámbito de la asistencia sanitaria domiciliaria, ofreciendo a los pacientes franjas horarias preoptimizadas; es decir, teniendo en cuenta los criterios anteriores y las citas ya programadas;
  • facilitar las tareas previsibles durante un largo periodo; por ejemplo, posicionando automáticamente las inspecciones normativas recomendadas por los fabricantes.

Así es posible establecer horarios y planes de ruta optimizados para cada trabajador domiciliario, que minimizan el tiempo de desplazamiento y reducen el riesgo de retrasos habida cuenta de las distancias y la duración de cada cita. De este modo, los profesionales pueden cumplir los horarios anunciados a los pacientes, dedicar más tiempo a su servicio y prestarles toda la atención que cabe esperar de un profesional sanitario.

>> Descubra cómo Nomadia respalda a los principales actores de la salud y la atención domiciliarias brindándoles la experiencia y las herramientas especializadas que necesitan para organizar sus equipos de manera eficiente, administrar citas de manera inteligente, integrar las limitaciones de los pacientes y, en cada visita, demostrar su capacidad para lograr la excelencia en el plano tanto operativo como relacional.